Una vez más, el deportista más influyente y popular de Alemania, que presidió el comité organizador del último Mundial de Fútbol de 2006, prefirió la isla de Gran Canaria como lugar de descanso, junto a su familia.
“Mereció la pena todo el esfuerzo que se hizo para que las cosas salieran bien –declara a modo de resumen–. Fue un Mundial muy competido, con grandes partidos, buenas selecciones y muy buenos jugadores, que muchas veces requirieron ir al sistema de penaltis para lograr la clasificación, porque los jugadores se habían empleado al cien por cien en cada choque”, declaró en la entrevista que nos concedió entonces.