La UD Las Palmas no debe perseguir otro objetivo hoy que la victoria sobre el Girona, no para salvar la cabeza de su entrenador Javier Vidales, que es deseable, sino para enderezar su rumbo a posiciones de la tabla clasificatoria, alejadas del riesgo real de descenso. No está claro siquiera que la caída de Vidales y su sustitución por otro, en caso de una nueva derrota en esta jornada, garantice mejores resultados.

 

La aparente ausencia de hostilidades en el vestuario y el conocimiento indiscutible de la plantilla por parte del técnico son factores de peso para avalar su permanencia en el banquillo. La renovación de confianza en Vidales, tras el revés ante el líder de la categoría, se enmarcó en el ámbito de la sensatez, visto el juego aceptable del equipo amarillo en ese choque, aunque no se olvidan los fallos defensivos que regalaron el triunfo al Xerez.

Otra cosa es verificar que Vidales esté gozando por parte de la dirección deportiva del crédito y respaldo escatimados a su antecesor en el cargo, Juan Manuel Rodríguez, pese a tener éste acento canario y no leonés. Al capítulo de los despropósitos pertenece que se haya ‘oficializado’ desde el propio club un ultimátum a Vidales, mensaje que no contribuye nada a generar confianza y sosiego dentro ni fuera del equipo. Hora es ya de que asuman su responsabilidad otras instancias del club amarillo. Con sus protestas al palco, la afición ya las señaló. Curiosamente, ha sido la inestabilidad en los banquillos de la UD una característica de su gestión. Ningún entrenador ha logrado cubrir una temporada completa. ¿Por qué? Hay una anécdota ilustrativa al respecto. Miguel Concepción, presidente del Tenerife, firme candidato al ascenso este año, recabó semanas atrás de un relevante técnico grancanario la diferencia que observaba en contraste con la UD Las Palmas. “La diferencia, que no resulta insignificante -le contestó-, es que tu director deportivo, Santiago Llorente, actúa con la coherencia del que no tiene el menor interés en ocupar o interferir en el banquillo del Tenerife”. A buen entendedor… El cese de Juan  Manuel Rodríguez, y el de Vidales, si llega a producirse en el futuro, más que el fracaso de ellos es el fracaso de un modelo de gestión deportiva.


PUBLICADO EN LA PROVINCIA / DLP EL 28 DE MARZO DE 2009