Ni el Tenerife ha sellado su ansiado ascenso a Primera, ni la UD Las Palmas ha garantizado su permanencia en Segunda. Por consiguiente, es un derbi abierto y no de trámite el que se ventila el sábado en el Rodríguez López.

 

Los tinerfeños llegan al choque henchidos de moral, tras su contundente victoria sobre la Real en Anoeta, y la UD Las Palmas con el sosiego que le otorga  su alejamiento de los puestos de descenso, después de ganar al Éibar.

La lógica (que no vale en el fútbol y menos en los derbis) se decanta a priori por la victoria del Tenerife, que, junto al Xerez, viene marcando en juego y efectividad con sus resultados una sensible diferencia respecto al resto de los equipos de Segunda.  Los blanquiazules, con un presupuesto de 12 millones de euros (unos 2.000 millones de las antiguas pesetas), conforman un bloque compacto. Las claves del éxito de su trayectoria residen fundamentalmente en sus dos centrocampistas, Richi y Ricardo,  dos mariscales en la zona ancha, y en su tándem  ofensivo: el medio punta Alfaro (15 goles) y el punta Nino (21 goles), que suman entre ambos nada menos que 36 tantos.

No es fácil precisar cuál es el talón de Aquiles de este Tenerife, embalado hacia la Primera División. Los escasos reveses que ha sufrido en su estadio (2-3 con el Salamanca y 1-2 con el Real Zaragoza), más los empates ante Albacete, Real Sociedad y Huesca, apuntan cierta debilidad en el centro y la zona izquierda de su cobertura. La línea defensiva se ha revelado vulnerable, en especial en los lanzamientos aéreos a balón parado,  aunque la inclusión por último de Martínez le ha dado más consistencia. Cuenta este Tenerife además con otras ventajas adicionales. Tiene recambios en el banquillo como Óscar Pérez y Ayoze, que no desmerecen respecto a los titulares habituales. Éste es el adversario al que se mide la UD Las Palmas el sábado, 55 años después de que rubricara en el mismo Heliodoro su segundo ascenso a Primera División, con un empate a cero ante los blanquiazules, en el primer derbi de los equipos canarios en el feudo tinerfeño. Sucedió el 25 de abril de 1954.

 


PUBLICADO EN LA PROVINCIA / DLP EL 21 DE ABRIL DE 2009