Pediatra


Luis Peña Quintana, natural de Teror (Gran Canaria), es desde septiembre de 2008 el nuevo presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP). Sustituyó en el cargo al gastroenterólogo pediátrico Federico Argüelles Martín. El doctor Peña es jefe de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica, así como responsable de Docencia MIR del Hospital Universitario Materno Infantil de Las Palmas, y profesor Titular de Pediatría de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). 

La SEGHNP que preside a nivel nacional es una asociación científica sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es facilitar y estimular la formación de los profesionales y promover el estudio y la investigación de los temas relacionados con la Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.

ENTREVISTA DE AMADO MORENO A LUIS PEÑA
Publicada en La Provincia / DLP el domingo 13 de enero de 2008.


—¿Está justificada la preocupación por el alto de índice de obesidad infanto-juvenil en Canarias?
—Sí. Actualmente el 18 por ciento de los niños en Canarias tienen obesidad y el 33 por ciento sobrepeso. Son las cifras más altas de España y de Europa, según revela un estudio que ha pilotado Luis Serra. Las causas hay que buscarlas en el sedentarismo de ese nivel de la población, las más de tres horas al día que pasan ante el televisor, bajo índice socioeconómico y cultural, consumo alto de grasas, bollería, snacks y refrescos. Sin embargo, la población infantil que ha contado con más tiempo en la estancia materna (tomando el pecho de la madre), incluye frutas y verduras con regularidad en su dieta habitual, practica ejercicios físicos cada día, ve reducida la posibilidad de ser obesa.

—Por consiguiente, esto último debe ser la mejor prevención respecto al riesgo de la obesidad infantil…
-— Es fundamental la promoción de la lactancia materna, el desayuno y la dieta equilibrados, con consumo de frutas, verduras y estimulación del ejercicio físico, además de bajar el consumo de grasas.

—Según estudios, va en aumento la cifra de niños reacios a desayunar siguiendo esas recomendaciones.
— Está demostrado que un mal desayuno produce primero desequilibrios en el colegio, por menor capacidad cognitiva y física, y, por otra parte, es un factor de riesgo para la obesidad. El desayuno tiene que ser siempre leche o derivados lácteos, cereales, donde podemos incluir el gofio, pan, galletas más una fruta. La triada ha de ser siempre: leche, cereales y fruta, la cual puede ser en forma natural o zumos naturales, sentados a la mesa, si es posible con sus padres y al menos durante diez minutos. Para eso es necesario haberse acostado un poco antes la noche anterior, ver menos la TV y tener todo preparado para la mañana para compartir todos juntos el desayuno. En resumen, hay que cambiar los hábitos e ir a un desayuno más potente.

—¿Puede afirmarse que el alto grado de obesidad infantil en Canarias es consecuencia también de fallos en el modelo institucional de la educación?
—No exactamente. La obesidad es la enfermedad nutricional más prevalente en todas las sociedades desarrolladas, por ejemplo en Estados Unidos y en países europeos. Es un verdadero problema de salud pública al que las autoridades sanitarias españolas y canarias están prestando una especial atención con programas continuos de divulgación. Lo que ha cambiado es el patrón. El niño es más sedentario, respondiendo a un cambio del modelo de vida. Ahora cuentan con ordenadores, videojuegos, actividades extraescolares estáticas y las raciones alimenticias son mayores. Estamos copiando modelos de consumo occidentales que empobrecen, se ha vuelto la espalda a la dieta mediterránea. Hay que recuperar el cacharro de la abuela, digo a los padres: los potajes clásicos, más pescado, frutas y cereales.

—¿Cuáles son las complicaciones más serias que se derivan a corto plazo de esa obesidad?
—A corto plazo se produce pérdida de autoestima, problemas sicológicos y de movilidad. Y a medio y a largo plazo, muchas. Por ejemplo, problemas cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo dos, entre otros. Hasta hace poco, todos los niños que veíamos eran con diabetes tipo 1, que necesitan insulina. Ahora vemos cada vez más diabetes tipo 2 por la obesidad, dislipemia (trastornos de los lípidos, colesterol, triglicéridos), en la Unidad de Endocrinología Pediátrica aumenta también la presencia de niños con hígado graso no alcohólico, causa más frecuente de hepatopatías crónicas en preadolescentes (enfermedades hepáticas).

—¿Qué otras patologías importantes están proliferando en el nivel infantil de Canarias?
— No sólo en Canarias, en todas las poblaciones occidentales y no sólo en niños sino en adultos, empiezan a proliferar los enfermos celiacos, La celiaquía es una enfermedad autoinmune con predisposición genética inducida por una intolerancia al gluten y que provoca un daño en la mucosa intestinal. Afecta al 1 por ciento de la población. No es que ahora haya más celiacos que antes, sino que se diagnostica más. En el Materno diagnosticamos de uno a dos nuevos niños por semana con esta complicación. El gluten se halla en el trigo, la cebada, en el centeno y posiblemente en la avena. Es una enfermedad social que excluye el consumo de pan, galletas, bollería, pastas, etc. Hay productos sin gluten (arroz, maíz o harina de trigo del que se ha extraído). Son caros. A modo de ejemplo, un paquete de galletas sin gluten cuesta igual que seis paquetes normales. Es un serio problema y ahora por ley se obliga a que todos los productos que llevan gluten lo indiquen en su exterior para evitar un daño irreversible al enfermo. El apoyo de las asociaciones de celiacos es fundamental. Hay una aquí en Las Palmas que funciona muy bien.