Ex presidente del Gobierno de Canarias

ENTREVISTA REALIZADA EL 24 DE JUNIO DE 2007
Adán Martín Menis (Santa Cruz de Tenerife, 1943-2010) fue Presidente del Gobierno de Canarias desde julio de 2003 hasta mayo de 2007. Entre 1999 y 2003 ostentó la vicepresidencia y la cartera de Economía y Hacienda. Fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (1979-1987), Consejero de Obras Públicas de la Junta de Canarias, diputado nacional (1993-1996), y presidente del Cabildo de Tenerife (1987-1999).


[La semana posterior a la entrevista se constituiría el Parlamento electo, del que saldría el nuevo presidente, Paulino Rivero, con el apoyo de CC y PP] 

-Quizá usted ya tiene las maletas preparadas para irse de vacaciones a Cabo Verde, uno de sus lugares predilectos de descanso. 
– Todavía tengo que recoger los despachos y al final habré de hacerlo aprisa y corriendo. Estoy intentando acabar las cosas imprescindibles y propias de un gobierno en funciones. En todo caso, no creo que pueda tomarme vacaciones en la segunda quincena de julio y en el mes de agosto. Tengo que dedicarme en ese periodo de tiempo a preparar mi nueva vida.-¿Por qué camino discurrirá?
– Por el propio de un ciudadano normal. Imprimiré una tarjeta que rezará Adán Martín, ingeniero superior industrial, y empezaré a trabajar en lo que ha sido mi profesión y que me sigue encantando.

 

-¿Vuelve a la actividad profesional como hobby o porque realmente lo necesita?
-Lo necesito. No voy a tener otros ingresos. El presidente del Gobierno regional tiene derecho a un mes de sueldo tras dejar el cargo, y a partir de ahí necesito trabajar y cotizar a la Seguridad Social. Me faltan cinco años de cotización. Durante una etapa de mi dedicación a la política la alegría fue muy grande. Tengo 30 años de cotización a la Seguridad Social porque en mis años municipales y como consejero en la preautonomía canaria no me incluyeron. Aspiro a tener los 35 años de cotización que me otorgan la pensión máxima.

-¿Dice adiós definitivamente a la política?
-Sí, aunque seguiré participando en los órganos del partido como militante de Coalición Canaria aportando mi experiencia al desarrollo de su proyecto. Digo adiós a la política con responsabilidades públicas.

-¿A qué palabra recurriría si tuviera que definir su gestión presidencial en estos últimos cuatro años?
– No me basta una. Emplearía dos: planificación y ejecución. Todas las políticas que hemos desarrollado respondieron a estos conceptos de trabajo, con sus correspondientes programas.

-¿Qué consejo va a dar a su sucesor en la presidencia del Gobierno canario?
– No soy partidario de dar consejos a quien viene detrás. El que llega ha de fijar sus propios objetivos. Si se trata de Paulino Rivero, éste tiene su propia experiencia para hacerlo. Lo que yo estoy dispuesto a ofrecerle, si me lo pide, son puntos de vista u opiniones. Las decisiones deben ser del propio presidente.

-¿Fue Rivero un obstáculo para usted hacer valer sus aspiraciones a repetir como candidato de CC a la presidencia?
– No. Yo tomé la decisión en las navidades de 2006. Tenía claro lo que me convenía y lo que debía hacer. La incógnita la mantuve un tiempo para que nadie interpretara que abandonaba el barco.

-De haber existido unanimidad política en torno suyo para que siguiera, ¿habría optado como candidato si se lo hubieran pedido?
-Yo no quería que nadie me pidiera nada -responde después de unos segundos-. Asumí siempre las responsabilidades en mi vida porque las consideraba necesarias. En esta situación estimé que ya no era necesario. Conoce usted la tradición del camarero de un bar, cuando tiene ganas de acabar la jornada y se dirige a los últimos comensales de una mesa para preguntarles: ¿me necesitan? Cuando le responden que no, se va para su casa como un tiro.

-¿Le augura larga vida al Gobierno que pretenden formar CC y PP?
-Se está fraguando un Gobierno con el objetivo de cuatro años, como el anterior pacto.

-Con esa intención nació también el suyo y luego se rompió tras las elecciones generales. Hay quienes barruntan que éste puede hacer el mismo trazado y acabar tras los comicios generales del año próximo. 
-No tiene por qué. En la política es necesario buscar las reglas de juego para poder gobernar y en cada circunstancia se presenta una opción. La política es diálogo. Así se construyó toda la Transición democrática. Sentíamos el orgullo que provocaba el diálogo de todas las fuerzas políticas para llegar a acuerdos y gobernar. Hay que buscar mayorías matemáticas para poder gobernar. La otra posibilidad es que se cambien las reglas. Entonces habría que cambiar las leyes, buscar sistemas diferentes, segundas vueltas electorales, listas abiertas.

-¿Ha sido realmente un paripé la postura de CC durante las negociaciones iniciales con el PSOE para un hipotético gobierno en Canarias, tras los últimos resultados electorales?
-Yo no he estado en la negociación. He procurado cumplir con lo que tiene que hacer un presidente saliente: no es otra cosa que los cambios se produzcan con la mayor tranquilidad y transparencia.

– ¿Considera que la figura de López Aguilar como aspirante a la presidencia ha sido un escollo insalvable para un acuerdo de su partido con el PSOE en ese marco negociador?
-A eso deben contestar los candidatos. No me corresponde contestar a esa cuestión.

-Las discrepancias de CC con el PP en la reforma del Estatuto han vuelto a aflorar en esta negociación, aunque con menor contundencia que en el debate parlamentario de la Cámara regional…
-Mientras avanzábamos en acuerdos con el Partido Socialista en esta legislatura, yo me pasé todo el tiempo pidiendo al PP que se sumara. La reforma del Estatuto tiene que ser de todos y lo bueno es que se apruebe con el apoyo de todas las fuerzas políticas con representación en Canarias porque va a ser nuestra regla de oro, la senda por la que tendremos que caminar en los próximos 20 ó 30 años. Por tanto, deben limarse todas las asperezas y aprobar un texto similar al que salió del Parlamento regional. Hay que intentar sacarlo en esta legislatura.

-Sin embargo, una parte importante de la opinión pública canaria no parece tener entre sus principales inquietudes esta necesidad política…
-Es verdad. Pero hay veces en que las responsabilidades políticas son determinantes y en este caso apuntan a que el Estatuto es una pieza clave para el futuro. Te das cuenta de que las herramientas actuales del autogobierno canario no son suficientes para dentro de 15 años.

-¿Cree que esas diferencias con el PP en la reforma del Estatuto pudieran hacer peligrar la negociación del pacto para gobernar?
-No. En la formación de un Gobierno de estas características siempre hay muchas tensiones entre los partidos políticos. Es entendible. Pero al final, los partidos grandes, los partidos serios, tienen que ejercitar su responsabilidad y trabajarán por encontrar un acuerdo. Bien es verdad que ahora habrá un periodo muy complejo hasta la fecha de las elecciones generales. Esa cita va a marcar bastante el tiempo político que se avecina. Las declaraciones van a estar muy ligadas a esos comicios, fenómeno que es consustancial con la democracia. Cada uno tratará de remarcar sus opciones.

-La autocrítica de CC por su retroceso electoral, particularmente en Gran Canaria, ¿a qué conclusión debe llevarle?
-El nacionalismo canario ha tenido un buen resultado en cinco islas y otro peor en Gran Canaria y Lanzarote. En estas dos islas hay que hacer un enorme esfuerzo por recuperar un proyecto político que es básico para Canarias. No hay que olvidar que gran parte de los avances en nuestro Archipiélago en los últimos 15 años se deben al nacionalismo canario. Como creo que ese nacionalismo progresista, integrador, de centro, es una clave para nuestras Islas, hay que realizar un gran esfuerzo para recuperarlo en Gran Canaria y Lanzarote. 

-¿No cree que la hegemonía de ATI ha dañado el proyecto original de CC?
-Eso es un sambenito. En Tenerife nos achacan que estamos continuamente entregados a Gran Canaria. Nos dicen que en esta Isla se invierte más en carreteras, hospitales, etc. Yo creo que no es así, ni en un caso, ni en otro. Hemos intentado gobernar para todos los canarios en las mejores condiciones posibles. El problema es que esto no se reduce a sambenito, sino que se aprovecha políticamente para desgastar el proyecto nacionalista CC en Gran Canaria.

-¿Estamos ante el riesgo de defunción de CC y el renacimiento de ATI sin ropaje nacionalista en el escenario político canario?
-No. El proyecto de CC no lleva un ropaje de ATI. Es rotundamente falso que CC porte un ropaje. Una cosa es que se edificara un proyecto nacionalista partiendo desde abajo, porque era muy difícil articularlo en un Archipiélago, y otra cosa es que necesite de ropaje. Estamos hablando de un proyecto nacionalista, con las peculiaridades de un Archipiélago. 

-La vigente Ley Electoral ha vuelto a poner de manifiesto un clamoroso contrasentido, como conceder representación parlamentaria a una fuerza política con 19.000 votos en Gran Canaria, y dejar fuera a otra con 50.000 en la misma Isla…
-Pese a ello, esa Ley nos ha hecho dar un salto adelante enorme y ha ayudado a construir Canarias. En el proyecto que incluye la reforma del Estatuto, la nueva Ley Electoral reduce los topes actuales. Pienso que de haberse podido aplicar esta modificación en la última cita electoral, no se habrían registrado grandes cambios en el mapa parlamentario. Quizás habría un diputado más de alguna fuerza política, pero no importantes variaciones.

-El caso de Las Teresitas tuvo menos efectos negativos en las urnas para el alcalde Zerolo de lo que se preveía, aunque ha necesitado el respaldo del PP para seguir gobernando. ¿Saldrá igual de airoso en el ámbito judicial?
– Yo creo que sí. Fue una decisión tomada por todo el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, un acuerdo de todas las fuerzas políticas del Consistorio, por unanimidad del pleno. Fue una decisión totalmente democrática. En este asunto se ha intoxicado muchísimo, como en otros casos. El tiempo lo dirá. Creo que no se ha cometido ninguna ilegalidad en el tema de Las Teresitas. Es el único plan de Canarias en el que se ha reducido el volumen de edificación a la décima parte.

-El acuerdo municipal favoreció el negocio urbanístico de unos cuantos…
-Esa no es la cuestión, sino que se decidió no edificar en todo el frente de playa. Y había unos derechos que estaban consolidados por un plan aprobado en consejo de ministros durante la época predemocrática.

-El revés electoral nacionalista en Gran Canaria ha provocado el adiós a la política de Mauricio. ¿Le informó de la decisión antes de hacerla pública?
-No. Es una decisión totalmente personal que le honra. No tenía por qué comunicármela con antelación. En su lugar, yo habría hecho lo mismo. Él sigue siendo consejero del Gobierno hasta que se produzca el relevo con el futuro Ejecutivo. A mí no me sorprendió su decisión. Creo que además de acertada, en un sistema democrático como el nuestro prestigia a la persona que la toma. 

-¿No pierde CC con su marcha?
-Ningún partido pierde cuando alguien se va. Nadie es imprescindible en política, donde deben producirse también los relevos. Todos somos sustituibles, yo el primero. En el caso de José Carlos Mauricio, reitero que le honra haberlo hecho, así como el contenido del comunicado con que lo anunció. Otras personas retoman el proyecto político con fuerza.

-¿Sugiere prioridades para el nuevo Gobierno regional?
-Serán las que se marque ese nuevo Ejecutivo. En democracia, cada gobierno debe marcarse sus propios objetivos. Hay que cerrar en Europa y en España el marco por el cual nos gobernamos. Como ahora se cuestiona el proyecto del marco constitucional europeo, hay que colocar nuestro articulado en el texto definitivo. Pienso que se despejará en menos de un año. Por lo que respecta al marco estrictamente de España, hay que disponer del Estatuto reformado. Y en cuanto al ámbito exclusivamente de Canarias, ejecutar las políticas de infraestructuras, transportes y movilidad porque es lo que permitirá cohesionar y mejorar la productividad de los canarios, además de controlar incluso el IPC. Todo esto, sin dejar de avanzar en las políticas de bienestar social, cartera de servicios en todas las Islas, al mismo tiempo que impulsar fuertemente la cultura.

-Olvida África y su emigración…
-No. Me iba a referir a este tema a continuación. En política exterior hay que seguir ganando peso en esa posición atlántica de Canarias, siendo centro de políticas de África y América, en un territorio europeo-africano, la Canarias única, diversa y atlántica.

-¿Su comunicación con el palacio de La Zarzuela ha sido más fluida que con La Moncloa?
-Son dos comunicaciones diferentes. La Zarzuela entiende muy bien lo que es un Archipiélago. Es consciente de las dificultades y la situación del territorio canario respecto de la España peninsular. La verdad es que siempre he encontrado mucha sensibilidad en el Rey Don Juan Carlos y en la Reina Doña Sofía a la hora de escuchar los problemas de Canarias. Los conocen muy bien. Tuvimos en todo momento el apoyo del Jefe del Estado. 

-¿No ha sucedido igual en la comunicación regular con el palacio de La Moncloa, sede del presidente Rodríguez Zapatero?
-Con La Moncloa ha habido momentos buenos y momentos no tan buenos. Momentos en los que se ha obtenido una respuesta rápida y momentos en los que no. Hay que tener en cuenta que es muy distinto la jefatura del Gobierno de la nación y la jefatura del Estado.

 

*Publicado en La Provincia el 24 de junio de 2007

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