En junio de 1974, el equipo amarillo coincidió con el icónico futbolista en el mismo hotel, horas antes de una cita copera en el Bernabéu

Pelé, en el centro, charla con Tonono, y Amado Moreno de testigo/LP-DLP
Pelé, en el centro, charla con Tonono, y Amado Moreno de testigo/LP-DLP

“Creo que jamás existirá un segundo Pelé, como tampoco habrá un segundo Di Stéfano ni otro Bobby Charlton”, declaró entonces a Diario de Las Palmas

Aseguraba que ganó en el fútbol “menos de lo que la gente piensa”, frente a mayores ingresos por publicidad

Amado Moreno

“Un balón bien pasado al compañero que convierte en gol, es tan importante como el gol mismo”. La frase lleva la firma de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, en sus Memorias (Temas de Hoy, 2006).  No deja de sorprender que el apunte lo sostenga precisamente quien ha destacado por su extraordinaria eficacia rematadora en su carrera deportiva: 1.283 goles en 1.367 partidos. En las 92 ocasiones que defendió los colores de Brasil en competiciones internacionales logró 77 tantos.

 La significación  que “O Rey” concedía al asistente de un goleador resume una esencia de su filosofía, sabiduría y humildad. Explica en cierta medida su trayectoria de  triunfos para acceder a la cima del reconocimiento mundial. Colocaba al mismo nivel los méritos del compañero pasador y del autor del gol.

Merece recordar hoy esta reflexión en su adiós definitivo, tras fallecer ayer jueves 29 de diciembre, en Brasil. Su pensamiento invita a doble lectura para poner en valor también la solidaridad en el juego competitivo. Una conducta que el astro brasileño ejemplificó sobre el césped. Contrasta con la que exhiben egos desmesurados de  figuras actuales, distinguidas con “balones de oro”, y un comportamiento narcisista en extremo que oscila entre el ridículo y el rechazo de sus seguidores. Es todo lo contrario a lo que Pelé predicó y desplegó con espíritu de equipo en los campos de fútbol.

 Jamás olvidó sus orígenes de condición modesta, y los principios que fijaron su educación en la infancia. Esfuerzo, sacrificio, tenacidad, afán de superación, sencillez y humanidad eran su ADN como futbolista…Y como persona. No prescindió de estos dones ni cuando fue coronado mejor del mundo.

Algunas de esas cualidades fueron constatadas por los jugadores de la UD Las Palmas, con su capitán Tonono a la cabeza entonces, cuando tuvieron el privilegio de encontrarse y saludar al futbolista brasileño durante una escala en Madrid. Coincidirían en junio de 1974 en el mismo hotel Barajas de la capital de España.

 Pelé, todavía vinculado al Santos brasileño (pasaría al Cosmos de Nueva York al año siguiente), hizo un viaje relámpago desde Alemania, donde seguía el Mundial de Fútbol, para cumplir con una agenda comercial en la ciudad madrileña. Por su parte, el equipo amarillo disputaba horas más tarde un partido copero con el Real Madrid en el Bernabéu, donde sufriría una severa derrota por 5-0, con Vicente del Bosque como autor del  penúltimo gol.

“O Rey” se fundió en un abrazo con Tonono en el hall del hotel cuando le fue presentado, y dio las máximas facilidades para posar cordialmente con la expedición canaria, certificando así un documento gráfico que fue reproducido en “Diario de Las Palmas” de la época. Estévez, Trona, Aparicio, Hernández, Justo Gilberto, Castellano, Felipe, Miguel Ángel y Fernández, además de Tonono, son algunos de los jugadores que aparecen rodeando al as carioca. Las imágenes sirvieron de soporte a unas declaraciones en exclusiva del propio Pelé para el periódico canario, en las que repasaría el instante futbolístico, aludió a su probable retirada,  y evaluó  detalles del Mundial 74 en marcha.

La superestrella había irrumpido en el hotel Barajas con sorpresa de la mayoría de los clientes alojados en el establecimiento. Vestía una chaqueta de color azul marino, combinada con camisa, pantalón y corbata, todos de color blanco, al igual que sus zapatos. En la solapa de su indumentaria lucía un distintivo de la firma Pepsi Cola.

FUTBOLISTAS IRREPETIBLES

Durante la conversación con “Diario de Las Palmas”, Pelé no tuvo reparos en admitir que en aquella etapa el fútbol europeo era superior al sudamericano. De hecho, la Alemania de Beckenbauer se proclamó ese año campeona del mundo tras vencer 2-1 en la final de Munich a la Holanda de Cruyff.

No obstante, el ex jugador del Santos y el Cosmos, había expresado en la entrevista su confianza en la selección de  Brasil, pese a que había tropezado con un empate a cero ante Yugoslavia. Seguía considerando al conjunto de su país “firme candidato al título, junto a otros como Holanda, Alemania e Italia”. Achacó el revés ante los balcánicos por la juventud de su combinado: “Un poco inexperta, pero con una gran calidad en sus filas, y con figuras veteranas: Jairzinho, Rivelino y Paulo César. Zagalo no pudo contar con Clodoaldo y José María”, recordó.

Su ausencia en la cita mundialista había disparado los rumores sobre la retirada inminente de Pelé, algo que no descartó. Confesaría haber hablado de ello con los máximos mandatarios del fútbol brasileño, Havelange entre otros, para renovar y planificar el  futuro.

Sobre posibles nombres para sucederle en su trono de “rei”, fue contundente en la respuesta: ”Creo que jamás existirá un segundo Pelé, como tampoco habrá un segundo Di Stéfano u otro Bobby Charlton. Por ejemplo, Cruyff es  completísimo, pero nada que ver con los relacionados. Un buen jugador pone su propia personalidad con una concepción original. Indudablemente Cruyff la tiene.” A consignar que en la fecha de estas manifestaciones, Maradona aún tenía 14 años, y Messi  nació 13 años después, circunstancia que justifica su omisión en el análisis.

Parecía sincero al referirse a la fortuna que se le adjudicaba: “He ganado en el fútbol menos de lo que piensa la gente –puntualizó-. Mis mayores ingresos se derivaron de la publicidad y no del deporte”.

Una vez que colgó las botas en 1977, Pelé interpretó películas en su país, y fue ministro de Deportes. Designado Atleta del Siglo en 1980, rindió servicios para Unicef y Naciones Unidas. Entendía que “todo niño que juega al fútbol en el mundo desea ser Pelé. Por tanto tengo la responsabilidad de explicarle cómo ser futbolista, pero igualmente cómo ser un hombre”.

“O Rey” se ha despedido para siempre  pocos días después de contemplar con tristeza la caída de Brasil en el Mundial de Catar y la conquista del título por Argentina. “Pese al dolor que sentimos –mensajeó entonces por Instagram desde el hospital- pido a los brasileños que recuerden lo que nos trajo las cinco estrellas (cinco títulos mundiales) que llevamos en el pecho. Es el amor lo que nos mueve”. Adecuada conclusión para un epitafio del más grande futbolista de la historia en el pasado siglo.  

*Publicado en La Provincia el 30 de diciembre de 2022.

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