Marino Alduan

Marino Alduan

Destaca el profesor Marino Alduán en su discurso como representante de los galardonados en la entrega de Honores y Distinciones por el ayuntamiento norteño

El alcalde, Pedro M. Rodriguez,  recuerda la condición de Ciudad Universitaria y la de referente en la prestación de servicios públicos,  infraestructuras,  políticas sociales, culturales y deportivas

Amado Moreno

La Iglesia de Santa María de Guía fue escenario el jueves 30 de junio  del acto Institucional de entrega de Honores y Distinciones a personas y entidades que con su trabajo y dedicación “han contribuido, y lo siguen haciendo, a lograr el municipio que todos queremos, personas que a partir de hoy pasan a formar parte de ese palmarés de honor que se va enriqueciendo con quienes han dedicado parte de su vida al beneficio colectivo” explicó el alcalde, Pedro M. Rodríguez. “Nuestra Ciudad es el espejo donde nos reflejamos y hoy queremos reflejarnos en ustedes para proyectar los valores en los que debemos apoyar nuestro futuro”, argumentó el edil.

Los galardonados, en la foto de familia al final del acto

Los galardonados, en la foto de familia al final del acto

Le precedió en el uso de la palabra el profesor universitario Marino Alduán, distinguido con el título de Hijo Predilecto, para pronunciar un sentido discurso en nombre de los 42 galardonados. Reproducimos a continuación el texto íntegro de su intervención, salpicada de oportunas citas de personajes locales con proyección insular o regional, y vivencias que emocionaron en algunos casos al auditorio y al propio orador.

“Hablar en nombre propio en días de emoción como hoy es difícil -expuso inicialmente-Hablar en nombre de 42 personas distinguidas y siete entidades, es absolutamente imposible. Lo intentaré desde el corazón y desde el cariño inmenso que siento por este pueblo y en homenaje a las trayectorias de todas las amigas y amigos homenajeados. Esta noche, una palabra nos une, escrita con mayúsculas y es GRACIAS. Gracias a quienes vieron en nosotros señales que identificaban a nuestro pueblo. Gracias a quienes ampliaron su mirada para que cupiéramos historias y biografías diferentes pero que coincidían en la creatividad, la tenacidad o la generosidad.

Ese carácter guiense que compartimos ha servido para construir un pueblo más feliz, humano y próspero. Gracias a quienes han querido compartir esta fiesta para hacer más visible la comunión que hace de Guía un proyecto que enamora y que nos abraza para siempre. Y gracias a quienes en una muestra de generosidad votaron por unanimidad una propuesta que agradecemos de corazón.

Todo eso es lo que se homenajea esta noche. Por eso somos tantos. Porque en este pueblo hay mucho que premiar, que reconocer, que agradecer. Y quienes estamos hoy aquí lo hacemos en representación de muchas personas anónimas que también han contribuido al engrandecimiento y al bienestar de nuestra gente. Guía de Gran Canaria ha sido y es una ciudad de referencia por el trabajo incesante de miles de mujeres y de hombres como los que hoy aquí se reconocen.

Amado Moreno, en el centro, en el momento de recoger la Medalla de Oro, junto al alcalde, a la derecha, y el presidente del Cabildo

Amado Moreno, en el centro, en el momento de recoger la Medalla de Oro, junto al alcalde, a la derecha, y el presidente del Cabildo

Somos hijas e hijos predilectos o adoptivos, medallas y escudos de oro o de plata, porque Guía ha hecho de madre y de padre a la vez, para contagiarnos una forma de ser, de relacionarnos y de amar la vida. Nos transmitió armonía, identidad y belleza como la plasmaron Luján Pérez, Néstor Álamo o Manuel González Sosa. Todos nos hemos alimentado en el mismo Cenobio, refrescado por el mismo Brezal o salpicado por las mismas olas en los Roques de la juventud. “Ahí viví los siglos de la infancia” como escribió el poeta Manuel González Sosa.

Esta ciudad, desde la plaza Grande hasta San Roque, desde la Atalaya a Montaña Alta, desde Becerril a La Dehesa, desde San Juan hasta Roque Prieto nos ha hecho amables, trabajadoras, resistentes, acogedoras, orgullosas de nuestras raíces e imaginativos para ganar un futuro de calidad, innovación y excelencia. En Guía hemos disfrutado de un clima social y cultural fértil, a veces contradictorio, pero normalmente liberal e imaginativo. La obra del poeta Bento, el protagonismo en las Cortes de Cádiz del canónigo Gordillo, o la aportación de Miguel Santiago, hablan del cultivo cerca de nosotros del pensamiento crítico e ilustrado. La fama de Santa María de Guía como avanzada de la cultura está labrada durante siglos con hitos que han engrandecido a Gran Canaria.

La foto de las 42 personas y organizaciones hoy homenajeadas es un espejo de la realidad, de la historia y del presente de Santa María de Guía. Cada una y cada uno de nosotros ha contribuido al progreso de la ciudad, de la isla y de Canarias desde ámbitos distintos. Por eso cada cual tiene motivos singulares para agradecer la distinción que hoy nos entrega el ayuntamiento que siempre nos acogió.

Sabemos quién es guiense porque nos emocionamos ante tres citas inaplazables que no se olvidan nunca. Estemos donde estemos. Y las tres se dan justo al salir de esta iglesia, en las graditas, que hacen de gran anfiteatro de nuestro pueblo. Me refiero a las emociones que se sienten un viernes santo a la salida de la Dolorosa de Luján, un 15 de agosto cuando la Virgen nos convoca a la fiesta grande o el tercer domingo de septiembre cuando las Marías nos llenan de buzios y timples para renovar el compromiso de Vergara que es tanto como renovar nuestra partida de nacimiento.

Así es Guía, así somos nosotras y nosotros. Fiesta y recogimiento. Libro y guitarra. Queso y flor. Tradición y vanguardia. Salitre y bruma. Tirma y Ajódar

Somos hijos de nuestra historia, de nuestra geografía y de la cultura que enaltecieron, entre otros, el poeta Bento, Domingo Rivero y Manuel González Sosa. Tenemos un pasado aborigen que dejó huellas en nuestro patrimonio y en nuestros sentimientos. Vivimos desde la conquista una actividad económica, administrativa, eclesiástica y cultural floreciente que nos distinguió como ciudad, desde que a principios de la década de 1500 la Real Cédula creó la parroquia y sancionó la importancia del municipio.

Este dinamismo se nos trasladó desde siempre. Quienes aquí nacimos sabíamos de un pasado de liderazgo, ilustración e iniciativa. Los siglos XIX y XX significaron la consolidación de órdenes religiosas, militares, de centros educativos pioneros como fue el colegio Santa María. Y a la par, crecieron plantaciones de plataneras que conformaron el paisaje de nuestro pueblo y a la vez ayudaron a superar las etapas de escasez y penurias que tanto dolor produjeron. Y en ese tiempo de transformación, dos mujeres destacan por su espíritu emprendedor y solidario: Dolores de Sosa y Eusebia de Armas.

Lejos de la capital, Guía de Gran Canaria era la ciudad que desarrollaba un nivel reconocido de creación. Y cuando parecía que el gris de la dictadura lo oscurecía todo, llegó la creación del Instituto Laboral que supuso además de la inyección de oportunidades a jóvenes que jamás hubiesen estudiado por condiciones económicas y geográficas, la llegada de aires de libertad.

Un grupo de profesores y profesoras separados de la docencia en la península por sus ideas republicanas recalaron en Guía para cubrir las necesidades del nuevo Instituto. Aquella aportación supuso oxígeno y riego para miles de jóvenes que habíamos quedado desconectados de la tradición innovadora que les acabo de narrar. Somos hijas e hijos de aquella revolución silenciosa que devolvió a Guía el gusto por debatir, crear, pensar y formarnos. Hoy agradecemos la distinción y que somos lo que somos porque nuestro pueblo nos impulsó.

Tampoco seríamos como somos si no hubiésemos caminado por los barrancos, cada cual el que tenía más cerca, subido las empinadas calles hasta llegar a San Roque sin resuello, padecido la Cuesta de Silva, paseado a la sombra de la iglesia, bailado o enamorado en la Plaza Grande, o subido al pico de la Atalaya para disfrutar de una visión única del pueblo y de la isla. Jamás hemos renegado de nuestros orígenes, “a pesar de los vientos”, como diría González Sosa.

Y aprovechando que lo cito recojo una descripción de Guía que se la pido prestada para este acto: “Guía fue, en mi caso, el ámbito físico de esa patria temporal inolvidable. Una patria luminosa y amable; me atrevería a asegurar que enteramente dichosa. Se diría que todos los que rodeaban hicieron cuanto estuvo en sus manos para que ningún oscuro celaje empañara la claridad de aquel paisaje matinal”.

Pero además de la historia, de la cultura o la geografía aprendimos de miles de personas que forman nuestras familias de sangre y las familias del pueblo con las que formamos una piña. Si cada uno de nosotros hablara aparecerían miles de recuerdos de las tiendas, los bochinches, las farmacias, los talleres, las escuelas, el casino, los piratas, las herrerías de cuchillos canarios, los bailes en los zaguanes cuando la dictadura se ablandó.

Y también forman parte de nuestra familia los trabajadores de plataneras, de los almacenes, de los pozos, las costureras, los carpinteros, los latoneros y sobre todo quienes nos endulzaron con los mejores dulces de la isla, primero Chonita y después también Antoñita.

Somos distinguidas y distinguidos porque hemos tenido estos padres, estas madres, estas familias. Las nuestras y todas que nos han hecho así y han tejido un pueblo hermoso.

Y en nuestras señas de identidad llevamos la creación del mejor queso de Canarias, con perdón del resto. Y este ejemplo demuestra que también nuestras queseras y queseros hacen arte al aprovechar nuestros pastos y nuestros cardos para prestigiar una denominación de origen que nos llena de orgullo.

Y en este repaso apresurado de lo que nos ha hecho guienses no podemos dejar atrás las fiestas y el deporte. Somos como las fiestas que nos enamoran. Empezamos recogidos y silenciosos llevando un trono de Luján en Semana Santa, nos desahogamos en la batalla de flores del día de la Virgen y hacemos una exhibición de canariedad y alegría el día de Las Marías. Los papaguevos, los bucios y las ramas movilizan a toda nuestra gente como en una invitación sagrada a vivir con entusiasmo y emoción el resto del año. Podemos decir que somos contradictorios como las mismas fiestas lo son.

No llegamos a primera división, pero en muchas competiciones fuimos pioneros. Lo fue el Tirma en fútbol, con aquellos partidos legendarios contra el Galdense en la Atalaya, con victorias memorables. Y el Ajódar primero y luego el Ramón Jiménez en lucha canaria. Y llegó la piscina y forjó nadadores de elite, como antes habían destacado en voleibol, atletismo o judo. El deporte también conformó nuestro carácter.

Los hijos tenemos obligaciones. Ser leales con esta memoria lo primero. Poner nuestros talentos al servicio de quien los necesite y compartir esa alegría que sentimos cuando atravesamos el barranco de Moya o cruzamos los puentes de Silva porque estamos más cerca de la brisa que identificamos con el pueblo. Somos afortunados porque seguimos encontrando los caminos que nos llevan a los recuerdos de la infancia.

El poeta escribía: “Me fui. Pero me acerco a fieles saltos, hora a hora, aunque avance hacia otro suelo. Sabes que hasta los pájaros más altos rumbo a su sombra quieta, van de vuelo”. Y termino con un trozo de una canción de Braulio: “Para sentirme canario suelo vivir el orgullo, esa profunda alegría, de haber nacido en la tierra, que ha de acogerme un día”, concluyó con un cerrado y prolongado aplauso del auditorio.

PEDRO M. RODRIGUEZ: APUESTA POR LA PROSPERIDAD

Por su parte, el primer edil guiense puso el broche subrayando que los hombres, mujeres y entidades que han recibido sus galardones quedarán ya para siempre como ejemplos y referentes de generaciones venideras, su contribución es impagable.

Agradeció sentirse arropado por sus vecinos durante más de una década como alcalde para llevar adelante un proyecto de ciudad que ha consolidado su confianza, que cree y apuesta por sí misma y que, desde ahí, desarrolla sus fortalezas; un municipio que mira hacia adelante, avanza y apuesta por la prosperidad.

Recordó que la condición de Ciudad Universitaria y de municipio referente en la prestación de servicios públicos, en infraestructuras, en políticas sociales, culturales y deportivas, sin descuidar la lucha incansable por las personas más frágiles y vulnerables, nuestros mayores, trabajando junto al Cabildo de Gran Canaria, con la puesta en marcha de dos nuevos centros, El Complejo Sociosanitario Guía y el Centro Sociosanitario Los Salesianos, “que nos convertirán en un referente en el campo de la asistencia sociosanitaria en la isla de Gran Canaria”.

Con anterioridad, la concejala de Cultura, Sibisse Sosa, había dado la bienvenida al público presente que abarrotó el templo. Y ofreció las semblanza de cada galardonado antes de que recibieran las distinciones respectivas.

RELACION DE GALARDONADOS

En el acto, ensamblado en la conmemoración del 495 Aniversario de la Fundación del Municipio que se inició el pasado año, recibieron el título de Hijo Predilecto de la Ciudad los profesores Ceferino Betancor Brito y Sigfrido Calero Aguiar (ambos a título póstumo); el profesor, investigador y político Marino Alduán Guerra, el reconocido artesano tallista Juan José Caballero Rodríguez; el periodista y escritor Santiago Gil García, la poeta Isabel Guerra García y el periodista Manuel Martín Mederos.

Como Hijos Adoptivos fueron distinguidos la primera matrona titulada del hospital de San Roque, María Luisa Arana Murciano; el pintor Juan Guerra Hernández, el entrenador de natación José Maroto Artiles y el periodista Amado Moreno Suárez.

Con las Medallas de Oro de la Ciudad se reconoció a Sergio Aguiar Castellano, investigador, escritor y archivero municipal; Antonio Aguiar Díaz, abogado y miembro de la Comisión Municipal de Patrimonio Histórico; los destacados luchadores Eugenio Estévez Molina (a título póstumo) y Manuel Julio Santiago Sosa; la arquitecta Elsa Guerra Jiménez; el voluntario de Protección Civil Carmelo Guerra Moreno, la Agrupación Folclórica Estrella y Guía, la Unión Deportiva Guía, la Unión Deportiva La Atalaya y el Club Voleibol Guía.
Recibieron las Medallas de Plata de la Ciudad la Asociación Sociocultural Bruno Quintana Quintana y el periódico ‘Infonorte Digital’.

Fueron distinguidos con el Escudo de Oro el empresario e impulsor de diversas comunidades de aguas en el Norte grancanario, José Reyes, y la Comunidad de Regantes del Norte de Gran Canaria.

De igual modo se concedió esta distinción a las siguientes personas del sector primario, agricultores y ganaderos como reconocimiento a la extraordinaria labor económica y social que realizan: Cayetano Luis Castellano Martín, Andrés Castellano Vega, Ramón Díaz González, Luis García Castellano, Leopoldo Martín Felipe, Jorge Mendoza Vera, José Carlos Molina Chacopino, Milagrosa Moreno Díaz, Félix Padrón Bolaños, José Juan Padrón Bolaños, Evaristo Ramos Díaz, José Rodríguez García, Máximo Santiago Castellano, Pedro Santiago Castellano, Teodoro Santiago Castellano, Juan Suárez Martín y Máximo Vega Suárez.