El relevo de Juan Manuel Rodríguez por Vidales era previsible
Por tanto, la probada profesionalidad de Rodríguez, pese a sus errores (por ejemplo, la marginación de Saúl, el goleador de la pretemporada, y sus aires de suficiencia con los que rechazaba sistemáticamente recomendaciones de la jerarquía deportiva del club), quizás no merecía este epílogo. Pero la realidad es terca y se ha impuesto. La sublevación de los “coroneles” de Juanito ha sido secundada, significativamente, casi por toda la ‘soldadesca’. Hasta aquellos futbolistas conocidos por su lealtad inicial al entrenador destituido se sumaron al “motín”; cuestionan sus métodos, la ausencia de comunicación y haber sido víctimas (algunos) de reproches que rayaron en la humillación.
Por si no fuese poco este “calvario” de acusaciones, Juan Manuel Rodríguez aceptó ayer, con resignación más que franciscana, comparecer en una rueda de prensa junto al presidente Miguel Ángel Ramírez para recibir una “pedrada en plena frente”, al escuchar a Juanito, director deportivo, justificar su cese arguyendo que “la dinámica no es buena” y que hay plantilla para hacer las cosas mejor, andanada que lleva implícita una descalificación o censura del trabajo del entrenador relevado.
Juanito correspondía así al desaire de Juan M. Rodríguez, al ignorarlo durante la rueda de prensa en el listado de reconocimientos que enumeró en su despedida: desde el presidente a la afición, pasando, paradójicamente, por los jugadores que han exigido su “cabeza” a Miguel Ángel Ramírez, no dejando a éste otra opción de maniobra que el cese, drástica decisión con la que se intenta abortar una nueva derrota, este vez ante el Celta, y recuperar la cohesión.
Amado Moreno.
Publicado en LA PROVINCIA / DLP el 04.12.08