Con un fuerte arraigo en Canarias, donde suma seis mil estudiantes, la congregación de Don Bosco entra en el cónclave con cinco cardenales, dos de ellos españoles

AMADO MORENO

Una pregunta que no parece descabellada, ni ociosa, se plantea entre la multitud de pronósticos y especulaciones que se hacen estos días sobre el candidato que deben votar los miembros del colegio cardenalicio para cubrir la vacante de San Pedro en Roma, tras el fallecimiento reciente del argentino Jorge Bergoglio. “¿Por qué no un Papa salesiano después del jesuita Francisco?”, se interrogan especialmente los adictos a la congregación religiosa fundada por Don Bosco (1815-1888).

 La reflexión es abonada por la presencia significativa de cinco purpurados suyos entre los 133 electores citados para la gran asamblea de la iglesia católica esta semana. Dos son españoles, Ángel Fernández Artime y Cristóbal López Romero.

Los otros tres son el uruguayo Daniel Fernando Sturla Bertouet, arzobispo de Montevideo,  un “ratzingerniano” con fuerte predicamento en su país y prestigio en Latinoamérica. El timorense Virgilio do Carmo da Silva con un trabajo misional valorado como “gigantesco”, pese a las tensiones y conflictos permanentes en su territorio. Y el birmano Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, primer cardenal en la historia del país con mayoría budista, y donde los católicos representan apenas el 1,3 % de la población. Ha destacado por su voz firme y enérgica en la defensa de la libertad religiosa, en medio de las convulsiones políticas y sociales.

El asturiano Ángel Fernández Artime, cardenal y ex rector mayor de los
salesianos
El asturiano Ángel Fernández Artime, cardenal y ex rector mayor de los
salesianos

RELEVANCIA ESPAÑOLA

La reputación internacional de los dos salesianos españoles en el ámbito eclesiástico es paralela a la expansión educativa, social y misionera de la comunidad salesiana que se extiende por más de 130 países. Fueron los primeros religiosos en llegar al sur de la Patagonia y al interior de la selva amazónica, se subraya a modo de ejemplo en cuanto a la audacia para propagar su esquema en materia de “formación preventiva”.

 Todos sus destinos continentales serían recorridos en más de una ocasión por el rector mayor hasta el año 2023, el asturiano Ángel Fernández Artime (Luanco, 1960), antes de ser consagrado  cardenal en septiembre del mismo año por el papa Francisco. Ambos habían cimentado una sólida amistad cuando éste era arzobispo de Buenos Aires y el religioso español ejercía como provincial de su congregación en la capital argentina. Bergoglio se ufanó casi siempre de sus lazos salesianos. No en vano recibió el bautismo en  la parroquia bonaerense de María Auxiliadora. Y adquiriría su formación adolescente y juvenil también en un centro argentino de Don Bosco. Después su vocación lo inclinaría por la orden de los jesuitas. No obstante, confesó públicamente como papa en el año 2019 que “los salesianos me han formado en la belleza, en el trabajo y en estar muy alegre”,  durante un encuentro con clero, profesores y alumnos de tal comunidad religiosa.

No ha sido el único pontífice que ha mostrado una querencia especial por este colectivo. También la expresaron particularmente Juan XXIII y Juan Pablo II, además de Pío IX, éste mucho antes, como gran animador de Don Bosco al inicio de su obra en el siglo XIX. Todos ellos resaltaban la sensibilidad del fundador, su preocupación por el mundo del trabajo y los jóvenes desfavorecidos.

El otro cardenal salesiano  y español (suma nacionalidad paraguaya) que concurre hoy como elector, Cristóbal López Romero (Vélez-Rubio, 1952), es arzobispo de Rabat desde 2017. Francisco lo accedió al purpurado dos años más tarde. En su trayectoria ha insistido con énfasis en su mensaje a favor del diálogo interreligioso, tarea que propició su ingreso en el Pontificio Consejo creado “ad hoc”. Hizo las carreras de periodismo y teología en Barcelona. Desarrolló una meritoria labor educativa durante 18 años en Paraguay, incluso como asesor del Ministerio correspondiente, y fundó, por otra parte en el mismo país, la Asociación de Periodistas Católicos. Posteriormente ejerció como provincial de los salesianos en Bolivia.  Por último fue designado miembro de la Congregación  para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en 2022.

El salesiano almeriense Cristóbal López Romero, cardenal y arzobispo de
Rabat
El salesiano almeriense Cristóbal López Romero, cardenal y arzobispo de
Rabat

¿Qué representaría para la Iglesia un papa de procedencia salesiana como estos cinco cardenales? ¿Asegura cualquiera de ellos la continuidad de las reformas que emprendió Francisco? Con la cautela que le distingue, contesta en síntesis a ambas cuestiones unificadas José Carmelo Pulido Morales (Telde, 1961), salesiano hoy destinado en Sevilla, y con anterioridad director de distintos colegios de la congregación en Andalucía y Canarias.

“Don Bosco nos enseñó a todos –recuerda- la devoción a lo que él llamó tres ‘amores blancos’: la Eucaristía, María Auxiliadora y el Papa, que sea quien sea, nos confirma en la fe y es garantía de unidad. Una anécdota lo ilustra. Pío IX, con el que tenía una enorme sintonía personal e institucional, se esforzó por la unidad de Italia hasta el punto que muchos líderes políticos de la época lo alentaban con proclamas  como ‘¡Viva Pío IX!’, a diferencia de nuestro pionero impulsor de la congregación, que no cesó de corregir a sus propios jóvenes para que dijeran siempre ‘¡Viva el papa’, en lugar del nombre del pontífice”.

FORTALEZA CANARIA

El carisma que se desprende de los perfiles de las figuras cardenalicias anotadas, justifica la expectación máxima que despierta el cónclave en todos aquellos estudiantes o profesores que pasaron, o se encuentran hoy en las aulas docentes de los salesianos y salesianas.

 Solo en Canarias la congregación de Don Bosco y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora registra unos seis mil alumnos entre Gran Canaria, Tenerife y tareas parroquiales en Fuerteventura, distribuidos por una decena de centros  en Las Palmas capital,  Santa Cruz de Tenerife, Telde, La Orotava, La Cuesta y Tuineje, entre otros.

Capítulo no menos relevante es el trabajo puramente social y de atención a los más vulnerables de la sociedad, a través de la Fundación Proyecto Don Bosco, y el cubierto por  las salesianas de María Auxiliadora con la Fundación Maín.

La mayoría de los comprometidos en las islas con su modelo de educación coincidirá, al menos por exigencias del momento trascendental, en una mirada de curiosidad al cónclave de los Príncipes de la Iglesia. La incógnita será despejada con una fumata blanca, señal entonces de que habemus papam. ¿Un salesiano? “Muy difícil, pero no imposible”, puntualizan devotos del santo italiano de Turín aquí en Canarias, sin perder la esperanza de que eso ocurra por vez primera en la historia de la congregación y del papado.

*Publicado en La Provincia el 7 de mayo de 2025.

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