Bioquímico y oncólogo
Mariano Barbacid, una de las grandes figuras de la investigación española, acaba de anunciar que deja el Centro Nacional de Investigación Oncológica. Aunque el científico ha aducido razones personales, al mismo tiempo que ha expresado su propósito de seguir en el área de la investigación pero con una mayor dedicación a su familia, su iniciativa coincide significativamente con un recorte de los presupuestos para su actividad, en el contexto de la crisis económica.
PERFIL BIOGRÁFICO
Mariano Barbacid (Madrid, 1949) es un destacado bioquímico y oncólogo español. Entre sus mayores aportaciones a la ciencia cabría destacar que consiguió aislar un gen humano mutado capaz de causar cáncer nunca antes aislado: el oncogén humano H-ras (en carcinoma de vejiga). Este hecho supuso un increíble avance para el estudio del cáncer en cuanto a las bases moleculares. Su descubrimiento fue publicado en 1982 en un artículo llamado A point mutation is responsible for the acquisition of transforming properties by the T24 human bladder-carcinoma oncogene. En los meses siguientes estuvo ampliando sobre su descubrimiento llegando a determinar que dicho oncogén era una mutación de un alelo perteneciente a la familia Ras, y descubriendo su mecanismo de activación.
En 2003 demostró que la enzima CDK2, que se creía imprescindible en la división celular, no se necesitaba para el inicio de la replicación.
Su formación académica se completó entre la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió ciencias químicas, y Estados Unidos (1974), donde estuvo como becario y fue ascendiendo hasta director del departamento de oncología en el Instituto Nacional del Cáncer de Maryland. Años más tarde regresó a su país natal para situarse al frente del novedoso Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Ha publicado trabajos en revistas tan prestigiosas como Nature y Nature Genetics.
Su dedicada carrera a la ciencia le ha valido numerosos reconocimientos y renombre entre los científicos españoles más ilustres. Ha recibido numerosísimos premios entre los que deberíamos destacar: el Distinguished Young Scientist Award (1983), el Premio Rey Juan Carlos I (1984), el Rhodes Memorial Award (1985), y el Charles-Rudolph-Brupbacher (2005).
*Publicado en La Provincia el 27 de septiembre de 1993