Cristóbal Déniz en una audiencia con Juan Pablo II en los años 90

Cristóbal Déniz en una audiencia con Juan Pablo II en los años 90

“El bien común: ¿un paradigma de la política hoy?” es el título de la tesis con la que alcanzó el doctorado en Roma

“Valoración ética del fenómeno de la inmigración en Canarias” fue el eje de la exposición para su licenciatura en Teología Moral

Asegura que hay condiciones en el Archipiélago para caminar hacia una sociedad intercultural, solidaria y fraterna

Amado Moreno

“Es posible y deseable que la humanidad siga construyendo los principios políticos fundamentales en torno a un concepto de bien común con sólidas bases antropológicas y éticas”, reza una de las conclusiones de la tesis con la que Cristóbal Déniz Hernández (Valsequillo, junio 1969), nuevo obispo auxiliar de Canarias,  logró su doctorado en Teología Moral en la Pontificia Lateranense de Roma, con la tutela de los profesores Sebastiano Viotti y Lorenzo Alvarez Verdes.

Su tesis teológica, condensada en más de 450 páginas, detalla que en los años de este tercer milenio “nos seguimos encontrando intentos fundamentalistas y beligerantes que pretenden imposiciones del bien común de acento religioso o secularista a todas las demás formas de pensar”. No obstante, su propio estudio del asunto evidencia “la superación de los modelos de sociedad confesional, incluso en la reflexión de la Doctrina Social de la Iglesia, describiendo a la sociedad como la plaza pública civil (Neuhaus), donde se puede ofrecer y dialogar sobre proyectos de bien común para toda la ciudadanía basados en acuerdos desde convicciones comunes”.

La biografía del nuevo prelado revela con sus trabajos académicos y diversas publicaciones una sensibilidad particular por los problemas sociales de actualidad, a la que no deben ser ajenos factores como su origen en el seno de una familia humilde de las medianías grancanarias, y su vocación de servicio a los demás, sobre todo a los más vulnerables de la ciudadanía.

Así lo acredita su intensa actividad en todas aquellas parroquias en las que sirvió, la última de ellas la del Cristo de la barriada de Guanarteme en la capital, desde 2019, y con la que pretende seguir vinculado en la medida que lo permitan sus nuevas obligaciones como obispo auxiliar.

La inmigración en Canarias, así como el desarrollo liberal y la globalización de la solidaridad y del bien común en los modelos económicos, han sido igualmente objeto de estudio a fondo para Cristóbal Déniz enfrentar los viejos y nuevos problemas desde su ministerio sacerdotal.

HIPOCRESIA EN INMIGRACION

En concreto su “Valoración ética del fenómeno de la inmigración en Canarias” le valió para la licenciatura en Teología Moral también en Roma. Al hacer historia del fenómeno migratorio, se detiene en tantos países, España incluido, que ahora practican una política contra los inmigrantes, y han tenido durante siglos las puertas abiertas en las naciones de éstos (en alusión a las antiguas colonias) para expoliar sus recursos naturales.

Sintoniza con el filósofo Carlos Paris cuando afirma que “hay que dejar de ser hipócritas o amnésicos (…) la historia de Europa especialmente en su fase de desarrollo capitalista y la de Estados Unidos es la de una inmensa depredación de pueblos y recursos”.

En el caso de Canarias, Cristóbal Déniz se remite al estudio de Manuel Hernández González, donde recoge el pasado de la emigración canaria a otras tierras en el periodo de gran crisis económica de 1941 a 1950. Entonces se produjo el éxodo de 24.275 canarios, principalmente hacia Latinoamérica.

“De la misma forma que se alaba el riesgo, el sacrificio, la generosidad de estos canarios que sacrificaron tantas cosas en la vida (la familia, los amigos, la seguridad y la estabilidad de estar en casa) para aportar el sustento a sus familiares, se ha de alabar el de tantos inmigrantes que ahora nos visitan a nosotros con el mismo objetivo”, opinaba el nuevo obispo auxiliar en la  disertación de su licenciatura teológica en el año 1997.

Finaliza expresando en este apartado que en Canarias “hay condiciones para caminar hacia una sociedad intercultural, solidaria y fraterna con los hermanos necesitados de otras latitudes”, seguro de que es una inversión para el crecimiento de valores éticos y humanos que -a su juicio-  repercutirá positivamente  en beneficio de toda la sociedad canaria y de la población inmigrante.

DOMINIO DE INTERESES FUERTES

En otro de sus trabajos sobre  la globalización de la solidaridad y del bien común en los modelos económicos, Cristóbal Déniz manifiesta su preferencia por un desarrollo entendido desde el bien común, de manera que en esta etapa de globalización pasa por una democracia globalizada, “es decir, instaurada sobre el plano transnacional. A pesar de la alta legitimidad de la democracia como sistema político y del estado de derecho como máximo garante de la defensa y protección de las personas desde su dignidad humana, sin embargo –puntualiza-, a escala internacional siguen dominando los intereses más fuertes sin que podamos decir que se dé el espíritu democrático”. Tal realidad exige desde su óptica “una concepción del bien común mundial y más en concreto la urgencia de tutelar y promocionar bienes colectivos imprescindibles como la paz y la salvaguardia del medio ambiente”.

El examen de la situación, con los correspondientes matices, le hace recurrir a Pablo VI y su encíclica “Populurum progressio” (cuarenta años después), como instrumento aún vigente para una alternativa, y discernir sobre la ambivalencia del modelo de desarrollo predominante y plasmar una propuesta de carácter ético y humano más completa, que “constituye el horizonte utópico irrenunciable”, sentencia.

La ceremonia de su consagración episcopal será protagonizada el sábado día 26 a las 11:00 horas en la catedral de Santa Ana por José Mazuelo, hoy al frente de la Diócesis de Canarias, acompañado de su predecesor Francisco Cases,  y el nuncio del Vaticano en Madrid, Cleopas Auza.

ECHARREN, JOSÉ ALONSO Y  M. MERCHÁN

Hijo de un matrimonio radicado en Valsequillo, integrado por Santiago Déniz Suarez y Magdalena Hernández Gil, el segundo obispo auxiliar en la historia de la Iglesia canaria (tras Román y Linares en 1816) despertó a la vocación religiosa en su localidad de origen al incorporarse a un grupo de jóvenes activistas desde la fe cristiana. Ingresó en el seminario a los 19 años.

Dos personas fueron decisivas en la fase inicial de su trayectoria: el párroco de la época, Manuel Merchán, y el sacerdote y profesor de Teología,  José Alonso Morales, ya fallecido. El segundo sería clave para consolidar el propósito vocacional y eliminar sus miedos, “más que inseguridad”, ante el reto que abordaba. “Le agradecí en vida a Pepe Alonso su ayuda en esos momentos para aclarar mi camino. Era admirable al transmitir siempre serenidad, confianza y esperanza a su alrededor, además de su magisterio teológico, a pesar de los muchos y graves reveses que sufría con su salud”, recuerda hoy Cristóbal Déniz.

También destaca entre sus positivas influencias al obispo Ramón Echarren, que le ordenó sacerdote el 22 de septiembre de 1996, y con el que acudió a Roma años después en la visita “ad limina” al papa Juan Pablo II. “Monseñor Echarren resultó un adelantado de su tiempo, de gran capacidad receptiva y con enorme inquietud social. Inolvidable su pastoral dedicada a los abuelos”, sostiene.

Confiesa que no eligió al azar el tema de la tesis doctoral que defendió exitosamente el 8 de marzo de 2006 en Roma, incluyendo inicialmente por la fecha unas referencias a la mujer trabajadora y a San Juan de Dios, santo del día.

No duda en apuntar las Bienaventuranzas como su opción predilecta sobre cualquier otro texto evangélico, si le imponen decantarse por exclusivamente por uno de ellos.

LEMA Y ESCUDO EPISCOPAL

Ya cuenta con lema y escudo para ejercer su nueva responsabilidad eclesial: “Gaudium Domini Fortitudo Nostra” (La alegría del Señor es nuestra fortaleza). El escudo, con los colores amarillo y azul dominantes de fondo, presenta el dibujo de cinco elementos: flores de almendro sobre rojo, la silueta del Castillo de San Cristóbal, la Biblia, el mar y un corazón. Algunos de los rasgos y colores no dejan de ser un guiño claro a su raíz canaria.

Las felicitaciones le han llovido de todas partes desde que trascendió su nombramiento, conmoviéndole singularmente el mensaje por whatsapp de Magdalena, su madre, cargado de ternura y afecto: “En Valsequillo se han alegrado todos, creyentes y no creyentes, me dijo”.

A partir del sábado próximo, Cristóbal Déniz Hernández será ya definitivamente el obispo auxiliar del titular de la Diócesis, José Mazuelos, artífice de la sólida argumentación para que el Vaticano, de acuerdo con el nuncio en España,  diera luz verde a este nombramiento en un tiempo récord.

 Ambos prelados, Mazuelos y Déniz, se habían conocido en Roma durante los estudios teológicos de ambos. El primero culminaba su formación para el doctorado, y el segundo la iniciaba. Por suerte éste se benefició de la experiencia y el asesoramiento del primero en la elección de disciplinas y profesores universitarios para alcanzar su objetivo académico.

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*Publicado en La Provincia el 20 de marzo de 2022.

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