“La responsabilidad de que tal cosa suceda cada año es de los políticos y no de los empresarios”

“Mi amistad con dirigentes de partidos ha servido para resolver importantes problemas de la agricultura canaria”

“Alguna excepción me creó problema e intentó colocarme después la cárcel insular en una de mis fincas de cultivo”

“No estoy de acuerdo con las críticas o descalificaciones a la nueva ley canaria del Suelo”

“Hay que esperar un poco más de tiempo para confirmar la salida completa de la crisis económica”

“Tuvimos que prescindir de medio millar de trabajadores y reducir en un 40 por ciento los precios de unas 600 viviendas”

“La mejora salarial es una asignatura pendiente; son muchas las familias que no llegan a fin de mes”

“No es fácil encontrar mano de obra juvenil para la agricultura, decisiva para la supervivencia del sector”

“El posible Museo Agrícola en recuerdo de Mr. Leacock es una buena idea”

Amado Moreno

Es el mayor productor-exportador europeo de plátanos. Cuatrocientas fanegadas de cultivo en el Norte de Gran Canaria y una producción de doce millones de kilos el pasado año. Con un millar de trabajadores en nómina, Félix Santiago Melián (Anzofé de Gáldar, 1935) lidera su grupo empresarial con una potente actividad en el sector de la Agricultura, y algo menos en la Construcción, tras la crisis desatada en 2008.

De orígenes humildes, su trayectoria dibuja el prototipo de auténtico self made man labrado desde temprana edad, orgulloso de su formación en la universidad de la calle y del trabajo. Por ello y por sus logros tiene a gala lucir en su oficina de Guía las distinciones recibidas de colectivos ciudadanos (beneficiados por su labor filantrópica) y de las instituciones públicas. Destacan las de hijo predilecto de Gáldar, hijo adoptivo de Guía, y el Roque Nublo, galardón este otorgado por el Cabildo de Gran Canaria. Casado con Guadalupe Cuba Delgado, el matrimonio tiene cinco hijos y siete nietos.

– ¿Constata que efectivamente se va saliendo de la crisis económica?

– Lo que aprecio es que la situación mejora. La gente tiene otro semblante. Se vende más, se consume más. Hay una recuperación de la confianza. Pero procede esperar todavía algo más de tiempo para confirmar que efectivamente se ha salido por completo de la crisis.

– ¿Lo de Cataluña puede frenar el crecimiento económico?

– Me parece que es pronto para hacer tal afirmación. Ciertamente es un motivo de inquietud y de incertidumbre. Aunque deseo creer que se superará en beneficio de todos. Rajoy quizás debió haber actuado mucho antes de que la situación llegara a lo que llegó.

– Cabe suponer que usted conoce más o menos bien la realidad catalana. No en vano tiene vivienda allí y contactos de nivel.

– Es verdad. Tengo casa en Pedralbes desde hace una treintena de años y, además, verdaderos amigos, que desde luego no están de acuerdo con lo sucedido allí en los últimos meses, ni están conformes con el independentismo. Lo que me transmiten es verdadera preocupación. Dicho esto, también debo añadir que yo nunca me sentí incómodo en los ambientes en que me he movido por Cataluña.

– La recuperación del empleo y de la economía no se ha reflejado, sin embargo, en la mejora de los salarios. ¿No le parece una asignatura pendiente?

-No tengo la menor duda con esta cuestión. Son muchas las familias que no logran llegar a fin de mes con lo que ganan. Es un problema importante que corresponde abordar no solo a las empresas. Los gobiernos de las instituciones deben fomentar la inversión pública, una vez queda atrás la crisis. Es una manera muy eficaz de alentar la creación de empleo y aumentar la capacidad adquisitiva de los trabajadores con sueldos que se correspondan a su esfuerzo y productividad.

– ¿Hasta qué extremo la crisis golpeó a su grupo empresarial volcado en la Agricultura y en la Construcción?

– Afectó con dureza a la división de la constructora. Tuvimos que prescindir de medio millar de trabajadores aproximadamente. Nos sorprendió con más de 600 viviendas pendientes de vender. Nos vimos forzados a bajar su precio hasta un 40 por ciento y malvenderlas. Eran tiempos en que el suelo encarecía más la edificación, con precios desorbitados el metro cuadrado.

– ¿La nueva Ley del Suelo canaria es un acicate para el sector?

– Está por ver. Espero que sí. No estoy de acuerdo con las críticas o descalificaciones a la nueva ley canaria del Suelo, que he leído y escuchado. Es importante agilizar los trámites de licencias para construir, sin dejar de respetar las normas y legislación en materia de Medio Ambiente y lo definido como suelo rústico. No debe ocurrir como en la actualidad, que los ayuntamientos se demoren tanto en otorgar licencias. Algunos tardan muchas veces hasta más de un año y los proyectos se empantanan en la burocracia, dañando la inversión y dificultando la creación de nuevos puestos de trabajo. La Construcción ha sido siempre un motor de empleo, junto al sector turístico.

– Con Andalucía, Canarias encabeza tradicionalmente, mes a mes o cada año, el ranking del desempleo nacional. ¿A qué lo atribuye?

– Ya me gustaría saberlo con exactitud y con rigor… Curiosamente Canarias lidera con cierta regularidad junto a Andalucía el paro nacional, de la misma manera que Tenerife lidera año tras año el reparto del dinero público, reiterando un evidente desequilibrio del presupuesto regional. La responsabilidad de que tal cosa suceda a menudo cada año es de los políticos, y no de los empresarios. Son los políticos los que tienen que solventarlo, que para eso cobran.

– A propósito de la política y los políticos. ¿Es leyenda urbana que usted se ha sentido siempre más cómodo jugando a las cartas con los socialistas, por ejemplo con Jerónimo Saavedra, Pedro Solbes y Demetrio Suárez, entre otros?

– No le voy a negar que me he sentido cómodo con los políticos que usted cita. Y que la buena relación con ellos y con otros dirigentes ha servido para resolver importantes problemas especialmente de la agricultura canaria, en materia de subvenciones para riego o desaladoras, y producción platanera. En su condición de ministro en gobiernos de Felipe González, Jerónimo Saavedra hizo muchas gestiones en la sombra a favor del sector agrícola canario. Pedro Solbes respondió también a nuestras expectativas cuando le abordamos improvisadamente en una visita a Gran Canaria. Le transportamos en mi coche, conducido un poco a regañadientes para aquella ocasión por Demetrio Suárez, a fin de poder exponer yo mejor de modo detallado la problemática del plátano canario a Solbes en el interior del vehículo, y la necesidad de mayor ayuda al sector. En cuanto a lo de las cartas, efectivamente a Saavedra le gustaba subir a Gáldar para echar unas partidas en mi casa de Sardina del Norte. Mientras fue ministro yo me dejaba ganar a las cartas por él, pero una vez que salió del gobierno ya no le perdoné siquiera una.

– ¿Sus relaciones han sido distintas con los políticos de otras ideologías?

– En general mis relaciones han sido correctas y hasta cordiales en muchos casos con dirigentes de otros partidos políticos. En todos los grupos tengo amistades. Alguna excepción me trajo problema en otros tiempos por no plegarme a sus deseos cuando yo ejercía como miembro de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en representación de la Patronal, y el líder entonces del PP, José Manuel Soria, trató de provocar un cambio en la cúpula del organismo portuario. Mi voto era decisivo para romper el previsible empate y yo mantuve mi compromiso de apoyo con otro candidato alternativo al suyo.

– ¿Qué problema le sobrevino por su firme posición en ese litigio dentro de la Autoridad Portuaria?

– El intento del Gobierno del mismo partido que he citado por edificar y colocar la nueva cárcel insular en cultivos de mi propiedad cercanos a La Atalaya de Guía, tratando de intimidarme con expropiaciones de urgencia. Perdieron el pulso. Y la cárcel se emplazó finalmente en el sur de la Isla, en Juan Grande, y no en mis fincas de Guía.

– Con respecto a la Agricultura, apenas tocada por la crisis, la UE baraja estudiar en clave de futuro un rediseño de su política agraria para después de 2020 midiendo los efectos del Brexit, o sea, la desconexión del Reino Unido, que aporta actualmente 3.400 millones de euros al fondo comunitario…

– El Reino Unido dejará de aportar esa cantidad una vez fuera de la Unión, pero no olvidemos tampoco que sus agricultores ya no percibirán ayudas que han venido obteniendo de Bruselas en los últimos años. Hay que poner todo en la balanza para sacar una conclusión y una previsión de futuro correctas, no sólo lo que podría perder la UE con la marcha británica, sino lo que puede ahorrarse también.

– Entre las nuevas acciones de la UE se vislumbran medidas incentivas para atraer a la población juvenil, tras constatar que solo un seis por ciento de los agricultores tiene menos de 65 años. ¿Es extrapolable esta dato a Canarias ?

– El envejecimiento de la población laboral en nuestra agricultura es un hecho. No es fácil encontrar mano de obra juvenil para los cultivos. Lo consideran una tarea dura y las vocaciones son muy escasas. Hace bien la UE en estudiar y llevar a cabo en el futuro políticas que estimulen la incorporación de jóvenes a la agricultura. Son necesarios y una garantía decisiva para la supervivencia del sector.

– ¿Cómo encara el futuro del plátano, a raíz de haber adquirido recientemente otra finca de veinte fanegadas en Gáldar?

– Con fe y confianza. Es el cultivo en el que tengo mayor seguridad presente y para los años próximos. Sin duda es hoy el producto más comercial de todos los que cultivo y comercializo.

– Y le ha convertido en el primer productor-exportador europeo a título individual

– Los datos me avalan. Cuento con unas 400 fanegadas de cultivo. Su producción de plátanos se cifró el pasado año en 12 millones de kilos, aunque la manipulación en nuestra almacén alcanzó los 70 millones, incluyendo la procedencia de fincas de otras firmas o empresas.

– ¿El descenso de las ventas o consumo en el mercado peninsular en los últimos meses puede obedecer a una penetración incontrolada de la banana americana y del plátano de Costa de Marfil, este último rivalizando en sabor con el canario?

-No creo. Pienso que ha sido la consecuencia de una superproducción en Canarias, que ha registrado cambios muy bruscos en los precios; fueron disparados primero al alza por Asprocán y por alguna OPP, con patente perjuicio para el sector.

– ¿Qué perspectivas ofrece la exploración de nuevos mercados para el plátano canario en el extranjero como Suiza, Marruecos y Dubái?

– No espero mucho de Marruecos, que también posee cultivos de la misma fruta. Y hay hambre allí. Desconocía que hayamos entrado en Dubái, pero en cualquier caso es un destino a tener en cuenta, interesante. Lo mismo que Suiza.

– ¿Qué futuro augura al café y a la papaya, a los que presta otra atención?

– Al café, ninguno. Lo planté en el Valle de Agaete casi como un hobby, simbólico o testimonial, para consumo muy reducido. Exige mucha mano de obra. Alguien nos ha animado a experimentar con café verde para licor. La papaya es otra cosa. Contamos con una producción estimable en nuestra finca de Matas Blancas de Guía. Son sesenta fanegadas que el pasado año nos dieron 500.000 kilos de papaya con destino al mercado peninsular.

– ¿Da la espalda definitivamente a aquella piña tropical que gozó de tanta aceptación en su momento?

– La arrancamos porque sufrió una plaga tremenda. Ahora estamos recuperándola lentamente y confiamos en tenerla a pleno rendimiento en el plazo de dos años. Cultivamos la piña canaria y la “Golden”, con producciones que oscilan entre los 200.000 y 300.000 kilos cada año.

– La agricultura ecológica está de moda. ¿Apuesta por su explotación y rentabilidad?

– La tomo en serio. Tenemos planes al respecto porque confiamos en que su demanda aumentará en el futuro y hay que estar preparados para responder a este reto, compatible con los criterios y exigencias de rentabilidad que justifican una explotación agraria prolongada en el tiempo.

– Algunos de sus terrenos tan fértiles, como Matas Blancas, pertenecieron originariamente a David. J. Leacock, el agricultor británico afincado en el Norte grancanario y evocado estos días como un emprendedor visionario. ¿Qué opinión y recuerdos conserva de él?

– Traté a Mr. Leacock en varias ocasiones. Incluso estuvimos tomando el té en su casa. Mis recuerdos de estos encuentros son positivos. Demostró gustarle mucho la agricultura. Con una fuerte inquietud social. Era un hombre serio, de palabra. Así me pareció hasta el final de su vida, siendo yo quien asumió la construcción de su mausoleo en el cementerio de La Atalaya de Guía, al igual que las obras del otro contiguo, que alberga los restos de su amigo don José Samsó Henríquez, otro pionero destacado de la agricultura canaria, después de una importante carrera militar, aunque éste era de modales más rudos, a diferencia de Mr. Leacock.

– Martha, la única hija superviviente de David J. Leacock, hoy establecida en Escocia, disfrutó recientemente de unos días de descanso en Gran Canaria. Antes de regresar dejó dicho que le parecía “una linda idea” concebir un Museo Agrícola con el nombre de su padre en la antigua sede administrativa de su empresa. Este sueño sólo puede ser viable con su autorización y respaldo por ser el titular actual del inmueble. ¿Cómo acoge esta propuesta?

– Es buena iniciativa la de un Museo Agrícola en memoria de Mr. Leacock. Interesante para la comarca. No la rechazo. Pero hay que dejarla reposar un tiempo y meditar cómo debe concretarse antes de adoptar una decisión para desarrollarla. Existe ya un material válido para el hipotético Museo Agrícola. Yo conservo máquinas agrícolas antiguas y piezas de cierto valor de la época, algunas de ellas introducidas por Mr. Leacock , que enriquecerían esa posible exposición.

– En enero usted cumplirá 83 años. ¿Es verdad que el empresario nunca se jubila salvo por problemas de salud?

– No sé si eso es verdad o es mentira. Me gusta lo que hago, me gusta mi actividad agrícola, sigo con la Construcción y me encuentro con energía y fuerza para continuar en la tarea cada día. No pienso en la jubilación.

*Publicado en La Provincia el 10 de diciembre de 2017